martes, 5 de abril de 2011

Prehistoria

ARTE Y DEPORTE I

El camino del arte ofrece dos componentes: 
la realidad y la sugestión. El movimiento, el ejercicio físico, presentes en la iconografía artística, forman parte de esa realidad pero el sentido simbólico que pueden adquirir, nos acerca a la capacidad de sugestión.
Los condicionamientos sociales, religiosos, las costumbres, los ritos y la mitología se superponen a la imagen real añadiéndole significado.
A lo largo de la historia, aparecen representaciones artísticas de actividades de tipo físico que pueden estar en el origen de lo que hoy consideramos deporte. Imágenes que tienen su referente real y la carga simbólica de lo sugestivo.


Aunque con frecuencia se confunden los términos deporte y actividad física, en realidad no significan exactamente lo mismo. La diferencia radica en el carácter competitivo del primero, en contra del mero hecho de la práctica del segundo.
Por la documentación y proliferación de imágenes se puede advertir el papel que desempeñaron dentro de la sociedad.
Actividades que, en un principio, tenían como objetivo la supervivencia, van transformándose y adquiriendo un sentido nuevo, propiciado por los cambios económicos, políticos y socioculturales.


LA ACTIVIDAD FÍSICA A TRAVÉS DE LA HISTORIA DEL ARTE

LA PREHISTORIA
La representación del movimiento nace en el Paleolítico con el arte rupestre. Existen testimonios datados hasta los 40.000 años de antigüedad. Estas pinturas revelan que el ser humano, desde tiempos prehistóricos, organizó un sistema de representación artística, posiblemente con fines mágico-religiosos, en el que mostraba aspectos importantes de su vida.
En la Prehistoria las escenas de caza reflejan todo un ritual en el que la actividad física está orientada a la búsqueda de alimento. Avanzando en el tiempo se puede apreciar un aumento de tipos iconográficos relacionados con el movimiento que muestran rasgos de evolución social: surgen escenas de caza, de danzas rituales.

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